El Aprendizaje de la Matemática y el Acceso a Estudios Superiores

La masificación de la enseñanza universitaria constituye un fenómeno mundial y responde a profundos cambios sociales que dieron como resultado una multiplicación de las tareas asociadas a los estudios superiores. Hoy no se puede pensar en un país moderno con un sistema universitario excluyente, por más que éste brinde una preparación “de excelencia”. De igual manera, los estudios superiores deberían representar un mecanismo de promoción social para estratos desfavorecidos y como tal, un elemento moderador de las desigualdades socioeconómicas.

La cuestión tiene una dimensión más amplia todavía: la enseñanza superior debería definirse como un servicio social permanente y para todos. Nadie debería sentirse “exiliado” del mundo del aprendizaje. Se trata de un insoslayable imperativo democrático.

Décadas atrás la escuela media o secundaria dotaba a sus egresados de instrumentos adecuados para afrontar su iniciación en la vida universitaria. Hoy resulta evidente que la situación ha cambiado. La separación entre la enseñanza media y la superior es cada vez mayor.

Hay sobradas pruebas de que la formación matemática de los egresados de las escuelas medias se ha convertido en un importante obstáculo en el tránsito del ciclo de educación media a la universitaria. Muchos profesores universitarios continúan con la discusión “matemática pura” versus “matemática aplicada” que no sólo parece un diálogo interminable sino inconducente.

Otros realizan serias investigaciones en el campo de la didáctica de la matemática que casi nunca llegan a los educadores de una manera lo suficientemente motivadora y comprensible.

Las Nuevas Tecnologías han realizado aportes tan significativos que la pregunta “qué enseñar”, muchas veces aparece divorciada del “cómo enseñar” y esto se ha vuelto un cuestionamiento crucial en todos los niveles de la educación matemática.

“Enseñanza de algoritmos, caminos heurísticos, la matemática y la resolución de problemas, aprender a leer ciencias básicas, aprender a aprender...” son frases que escuchamos a diario.

El docente de la última etapa del nivel primario y el del nivel medio se encuentra con encrucijadas muy difíciles de resolver: ¿procesos? ¿contenidos? ¿algoritmos?

La Universidad parece pedir procesos pero toma exámenes de ingreso donde complicados algoritmos (que una computadora resolvería en segundos) definen su aprobación.

En la última etapa del nivel medio y en la primera del superior, al menos en el área de la matemática, nos parece que se está queriendo poner el techo a una casa sin los cimientos ni las paredes. Es imprescindible que se articulen acciones sistemáticas que encaminen el debate y que aborden procesos de actualización y formación docente de cara a estos nuevos contextos.

No se aspira a tener “recetas”. Creemos que la reflexión debe ocupar un espacio prioritario para los educadores de todos los niveles que asumimos el compromiso de un mejoramiento de la calidad con equidad.?

Susana Zito
Editora Invitada
Universidad Nacional de Luján